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Maria Woodworth Etter
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En 1844, en una solitaria granja en Lisbon, Ohio, nació María. Una niña de pueblo en mitad de un estado agrícola, parecía destinada a ser ama de casa y madre, pero a los trece años, tras convertirse, Maria Woodworth-Etter, recibió un llamamiento a servir a Dios como predicadora. |
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Las dificultades para una mujer en el siglo XIX eran enormes y los problemas personales de María parecían insalvables. Su madre murió poco después y ella tuvo que hacerse cargo de la granja, lo que terminó con sus sueños dedicarse a predicar.
Tras la Guerra Civil, Maria se casó con P. H. Woodworth, un soldado herido que dedicó, junto a su nueva mujer, todas sus fuerzas para levantar la granja. Tuvieron seis hijos, pero cinco murieron a muy corta edad, transformando la felicidad de los Woodworth en una profunda tristeza.
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María, desesperada, buscó en la Biblia la respuesta a su triste situación. Las palabras del profeta Joel la llenaron de ánimo, cuando descubrió que, según la promesa de Dios, tanto las mujeres como los hombres recibirían el derramamiento del Espíritu Santo, en los últimos tiempos.
Una noche, mientras oraba, tuvo una visión que la llevaba sobre las inmensas praderas del Oeste y vio como ella predicaba sobre los amarillentos campos de trigo. Entonces, una voz le dijo: “Así como caen los granos, caerán las personas”.
Una nueva vida comenzaba para María. ¿Podría superar todos los obstáculos y convertirse en una de las primeras predicadoras del siglo XIX?
Comenzó a servir dentro de su propia iglesia, pero al poco tiempo su ministerio se extendió a otras congregaciones que le pedían que fuera a visitarles. Al poco tiempo, Maria comenzó a comprobar que, tras la oración, algunas personas caían al suelo sin que ella las tocase. Estos “trances” le causaron numerosas críticas entre los ministros de las diferentes denominaciones. La propia predicadora definía de esta manera los trances: “Son una de las cuatro formas en que Dios se manifiesta en una visión. En la forma del trance, las capacidades naturales se congelan y de esta manera Dios puede ministrar todo lo que sea necesario”.
Unos años más tarde, en uno de los momentos de mayor reconocimiento, María se separó de su marido, que le había engañado con otra mujer. En 1892, su ex marido moría de fiebres tifoideas. Ella se casó unos años más tarde.
Después de una larga temporada de campañas evangelísticas en el Oeste y de la publicación de varios libros, su fama se extendía por todo el país. Pero también tuvo problemas con la Justicia. Fue citada tres veces a juicio, pero solo una de ellas prosperó. El juicio se realizó en Framingham, Massachussets. Los cargos eran los de hipnosis y la práctica de la medicina. Al final la causa se desestimó.
La Campaña Mundial de los Ángeles, en la que participaba la iglesia de Azusa, fue la que originó una de las divisiones más profundas y duraderas entre los nacientes grupos pentecostales. Un tal John G. Scheppe comenzó a predicar que solo había que bautizar en el nombre de Jesús y que si alguien había sido bautizado en el nombre de la Trinidad debía ser rebautizado. La hermana Maria adoptó una posición ambigua y, tan sólo unos años después, condenó abiertamente el unitarismo.
En 1918, tras cuarenta y cinco años como evangelista, María se estableció en Indianápolis y construyó una gran iglesia.
Algunas declaraciones de la evangelista:
"Los domingos recorría más de 11 kilómetros y tenía reuniones los sábados en la noche, además de tres reuniones de Rabat a veces en diferentes iglesias y luego volvía a casa por un camino árido y empinado. Para entonces estaba exhausta y apenas si podía moverme para hacer mi trabajo. Pero al finalizar la semana, comenzaba de nuevo; y muy ameno tenía reuniones durante la semana en los pueblos de alrededor, cerca de donde yo había nacido."
Ester era conocida por demostraciones del poder de dios en formas inusuales. Mientras ella predicaba, la gente corría hasta el altar clamando misericordia. Caían bajo el poder de Dios y yacían en el piso como si estuvieran muertos. Luego de casi dos oras, una persona tras otra se paraban de un salto y gritaban dando adoración a Dios sus rostros brillaban por eso la llamaban conversiones brillantes.
Era el 1 de enero de 1885, en una iglesia metodista 5 lideres se pusieron a orar para que Dios sacudiera la ciudad y Dios le contesto por medio de un niño
El niño líder de la clase cayó primero bajo el poder de Dios. Se levanto de un salto y se acercó al pulpito, y comenzó a hablar con sabiduría y poder de Dios. Su padre comenzó a alabar al señor. Mientras el pequeño exhortaba y llamaba a la gente a cristo, toda la congregación comenzó a llorar. Algunos clamaban; otros caían postrados.
Tal demostración de poder toco negocios bares y alcanzo a muchos pecadores la gente caia bajo el poder del Espíritu Santo en las carreteras, casas y negocios
Dios la uso en señales y prodigios, especialmente de sanidades físicas.
Su larga vida tocaba a su fin, con ochenta años y tras haber enterrado a sus seis hijos y dos maridos, poco le quedaba ya por hacer. Su ministerio había sido sencillo, pero acompañado por grandes manifestaciones de poder y miles de convertidos.
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John Graham Lake
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UN ENFERMO QUE SE LLENÓ DE FE
<!--[if gte vml 1]> <![endif]--><!--[if !vml]-->John G. Lake nació el 18 de marzo de 1870, en Ontario – Canadá, en un hogar de 16 hijos. Posteriormente, la familia se trasladó a los Estados Unidos, en donde él creció. Padeció muchas enfermedades desde niño al igual que todos sus hermanos, y cuando llegó a la adolescencia ya habían muerto cuatro de sus hermanos y cuatro de sus hermanas.
Lake escuchó el evangelio a la edad de dieciséis años en una reunión del Ejército de Salvación, entregó su vida a Cristo y poco después empezó a congregarse en la Iglesia Metodista. Desde ese momento le entregó a Dios toda su carga, y creyó que solo Él podría sanarlo; sin embargo, continuó sufriendo una enfermedad tras otra.
Una de las enfermedades que más lo afectó en su temprana juventud fue el reumatismo, pues sus piernas crecieron torcidas y su cuerpo se veía contrahecho. En esa condición, escuchó acerca del ministerio de sanidad de John Alexander Dowie, y decidió viajar a Chicago para que oraran por él. En ese servicio de oración un anciano le impuso las manos, e instantáneamente Lake fue sanado y sus piernas se enderezaron.
Desde ese día John G. Lake entendió que Dios no quiere que sus hijos estén enfermos y propuso en su corazón que no se volvería a resignar ante el espíritu de enfermedad y muerte que afligía a su familia (su hermano era inválido; su hermana estaba muriendo de cáncer de seno y otra hermana sufría de hemorragia severa).
Al primero que llevó a los servicios de John Alexander Dowie fue a su hermano, quien había sido inválido por 22 años. Él fue sanado tan pronto le impusieron las manos. Luego fue sanada su hermana del cáncer que padecía, desapareció la masa que tenía en el seno y también desapareció el dolor que la atormentaba.
A su otra hermana no la alcanzó a llevar al servicio de sanidad porque la encontró en su casa, sin pulso y sin rastro de vida en su cuerpo.
Inmediatamente le escribió un telegrama al Pastor Dowie diciendo: “Parece que mi hermana está muerta, pero en mi espíritu no la dejaré ir. Creo que si usted ora, Dios la sanará”, y el Pastor Dowie le respondió a través de otro telegrama: “Aférrese a Dios. Estoy orando. Ella vivirá”. Cuando llegó esta respuesta, Lake empezó a orar con fuerza por la vida de su hermana, Dios respondió, y ella fue sanada totalmente en el transcurso de la siguiente hora.
UN VUELCO TOTAL
En 1893 se casó con Jennie Stevens de Newberry – Michigan, a quien amaba profundamente y con quien tuvo siete hijos. El matrimonio fue muy feliz, porque se complementaban en todas las cosas. En especial, su esposa era una maravillosa intercesora y una sabia consejera. Sin embargo, la felicidad familiar se vio ensombrecida desde el segundo año de matrimonio porque Jennie empezó a sentirse enferma, y antes de cumplir los cinco años de casada ya le habían diagnosticado tuberculosis y una enfermedad mortal del corazón. Su condición llegó a ser muy grave, y ocasionalmente perdía el conocimiento y la encontraban tendida en el piso.
En abril de 1898 la situación era angustiosa para John G. Lake, porque su esposa estaba deshauciada y prácticamente inválida. Este fue el momento crucial de su vida la vida. Sus amigos lo consolaban para que aceptara con resignación que ella muriera; sin embargo, él encontró en la Biblia: “Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazareth, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.” (Hechos 10: 38). En ese momento entendió que la enfermedad proviene del diablo y no de Dios. Con una fe renovada llamó y telegrafió a todos sus amigos (incluyendo a John Alexander Dowie), para que oraran de común acuerdo pidiéndole a Dios que Jennie se sanara al día siguiente a las 9:30 a.m. ¡Y al día siguiente, a las 9:30 a.m., él oró a Dios y abrazó a su esposa, y ella fue sanada instantáneamente!
A partir de ese suceso, los Lake se hicieron famosos, muchas personas los visitaban para ver con sus propios ojos la sanidad de Jennie. Aunque John G. Lake no se dedicó inmediatamente a la obra de Dios, si guardaba en su corazón un genuino llamado al ministerio. Continuó trabajando en los negocios bursátiles y de seguros, en los que tenía mucho éxito, pero mantuvo una vida de comunión con Dios y de servicio en la obra de Dios, principalmente orando por los enfermos.
En 1906 recibió el Bautismo del Espíritu Santo, mientras oraba por una persona enferma, y desde ese momento el llamado de Dios se hizo tan fuerte en su vida que en 1907 vendió todo lo que tenía e hizo un voto de consagración junto con su esposa, para dedicarse únicamente a predicar el Evangelio. Dios les dijo a John y a Jennie que debían ir al Africa y ellos empezaron a prepararse. Se unieron al Predicador Tom Hezmalhalch, en un ministerio en el que oraban por el bautismo del Espíritu Santo, ministraban sanidad, y echaban fuera demonios. En enero de 1908 empezaron a reunir dinero para el viaje y, en abril del mismo año, toda la familia Lake, Tom Hezmalhalch y tres acompañantes, partieron hacia Suráfrica.
Este viaje fue un poderoso testimonio de la provisión sobrenatural de Dios a través del cual John G. Lake, quien alguna vez fue llamado “el millonario de Dios”, aprendió a depender exclusivamente de Dios en el aspecto económico. Recibieron ofrendas para los gastos de viaje; y una señora que no los conocía estaba en el muelle esperando “una familia misionera numerosa”, porque Dios le dijo que los alojara en Johanesburgo.
¡Allí empezó un ministerio que sacudió Africa!
EL AVIVAMIENTO EN AFRICA
<!--[if gte vml 1]> <![endif]--><!--[if !vml]-->Al primer servicio que realizó John G. Lake en Africa, como sustituto de un pastor sudafricano, asistieron más de 500 nativos zulúes que fueron impactos por el poder de Dios. A partir de ese momento se inició un gran avivamiento espiritual en Johanesburgo, en el que miles de personas fueron salvas, recibieron el bautismo del Espíritu Santo, y fueron sanadas.
En sus servicios John Lake y Tom Hezmalhalch se turnaban para predicar y oraban no solo por los que estaban presentes en la reunión, sino por personas de toda Africa que enviaban peticiones de oración, y Dios respondía de forma sobrenatural e inmediata. Muchos salían gritando ¡Soy sano! ¡Soy sano!; los servicios duraban hasta las 4:00 a.m. o 5:00 a.m.; las personas caían bajo el poder de Dios cuando John los tocaba y algunas veces a metros de distancia; y la ciudad estaba trastornada porque muchas personas amanecían llorando y deambulando por las calles, llenos de gozo porque se habían encontrado con Cristo.
Fue tal el alboroto que se formó alrededor de este ministerio, que las personas acudían en masa a la casa de los Lake para que John y Jennie oraran por ellos. Jennie daba palabras de conocimiento con un discernimiento espiritual que dejaba asombradas a las personas y llevaba al arrepentimiento a muchas de ellas.
Antes de completar un año en Africa, ya habían fundado cien Iglesias, y John G. Lake se ausentaba de su casa en extensos viajes misioneros. Su esposa atendía el ministerio y la casa, esforzándose de tal manera que su cuerpo no resistió más, y el 22 de diciembre de 1908 falleció, mientras su esposo estaba viajando por el desierto de Kalahari. Lake quedó desolado por la muerte de su esposa y durante muchos años lo acompañó el dolor de su pérdida.
En 1909 volvió a los Estados Unidos para buscar ayuda económica para el ministerio en Africa, y regresó en enero de 1910. Encontró que una tremenda plaga asolaba el país, y él mismo empezó a atender a los enfermos y moribundos sin que jamás lo tocara la plaga. Esto creó curiosidad entre los médicos, quienes lo retaron a que se sometiera a un análisis científico: colocaban en la mano de Lake, tejidos humanos contaminados con la plaga, y mediante un microscopio constataban que todos los gérmenes morían al contacto de su mano. Pero John Lake únicamente le daba gloria a Dios, y utilizó estas pruebas para que muchas personas se convirtieran a Cristo.
A finales de 1910, su amigo Tom Hezmalhalch se fue y lo dejó aún más solo; pero él sabía que debía permanecer en Africa. Muchas personas lo confortaron a través de cartas para que continuara y en respuesta, él empezó a publicar un boletín en el que contaba los testimonios de sanidades y milagros del ministerio, y era tal la unción que fluía a través de esos papeles, que cuando las personas los leían se arrepentían de sus pecados, eran bautizadas con el Espíritu Santo, sanadas y liberadas.
Fundó la Obra Misionera Tabernáculo Apostólico y la Iglesia Sión; y continúo predicando y orando por los enfermos en Africa hasta 1912. Se calcula que en sus cinco años de ministerio en Africa, se convirtieron más de cien mil personas, fundó 625 Iglesias, preparó y envió 1.250 predicadores, y Dios obró a través de él un incontable número de milagros.
EL AVIVAMIENTO EN ESTADOS UNIDOS
En 1912 John G. Lake volvió a los Estados Unidos y el primer año le dio prioridad a descansar al lado de sus hijos. En 1913 conoció a su segunda esposa, Florence, con quien tuvo cinco hijos. En 1914 se radicó en Spokane – Washington, en donde abrió el Tabernáculo Apostólico en el que inició un ministerio de sanidad y milagros, que afectó la ciudad de tal manera que las autoridades iniciaron una investigación para constatar la veracidad de dichas sanidades. El gobierno constató las increíbles sanidades y declaró la ciudad de Spokane como “la más sana del mundo”.
En 1920 estableció un centro de sanidad en Portland – Oregon, y los siguientes once años estuvo viajando por todo el país y estableciendo centros de sanidad similares en Sacramento, San Diego y Houston – Texas.
Su vida y la de su familia se volvió más placentera, porque aprendió a tener mayor equilibrio entre el ministerio y la vida familiar, y se volvió menos rígido tanto en su casa como en la Iglesia, sin que esto afectara para nada la efectividad de su ministerio y las manifestaciones del Espíritu Santo sobre él.
En medio de una generación que empezaba a manifestar incredulidad, defendía con pasión las manifestaciones sobrenaturales del Espíritu Santo. Respecto del ministerio cristiano decía: “Si el cristiano no tiene el Espíritu para ministrar, no tiene nada para ministrar”. Hasta el final de sus días fue un hombre sediento de la Presencia de Dios, y el Señor lo saciaba abundantemente.
En sus últimos años empezó a perder la visión, pero tampoco se resignó a quedar ciego, sino que clamó al Señor y Él lo sanó a los sesenta y un años. Después de que una vida fructífera, durante la cual él sirvió a Dios y fue utilizado por Él de manera extraordinaria, finalmente murió el 16 de septiembre de 1935, a la edad de sesenta y cinco años.
Hasta el día de hoy, el Tabernáculo Apóstólico y la Casa de Sanidad de John G. Lake en Spokane, siguen activos y reciben visitantes de todas partes del mundo. Es un ministerio que continúa siendo de gran bendición en el siglo XXI
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1. LOS INICIOS
Kathryn Johanna Kuhlman nació el 9 de mayo de 1907, en Concordia, Missouri, Estados Unidos. De padres alemanes, Joseph Adolph y Emma Walkenhorst Kuhlman; ella fue la tercera de cuatro hijos: : Myrtle, Earl, Kathryn and Geneva. Kathryn se convirtió al cristianismo en 1921, en una reunión de avivamiento celebrada en una Iglesia Metodista, en la que predicó un evangelista bautista, el Reverendo Hummel.
En 1923, Kathryn terminó el décimo grado de bachillerato, que era el grado de educación pública disponible en la ciudad de Concordia. Su hermana Myrtle se había casado con un evangelista itinerante del Instituto Bíblico Moody, Everette B. Parrott., y les pidió a sus padres que permitieran a Kathryn acompañarlos durante el verano. Kathryn ayudaba en los servicios compartiendo su testimonio en las reuniones de avivamiento.
Ella continuó con los Evangelistas Parrots por cinco años, durante los cuales fueron influenciados por el Dr. Price, evangelista canadiense, quien les enseñó acerca del bautismo del Espíritu Santo, y como resultado iniciaron un ministerio de sanidad.

2. LA PRIMERA PARTE DEL MINISTERIO
En 1928, en Boise, Idaho, tuvo Kathryn su primera oportunidad de predicar. El equipo de trabajo en aquella epoca estaba integrado por: los Parrots, Kathryn Kuhlman, y la pianista Helen Gulliford. Después, Kathryn y Helen aceptaron la invitación del pastor de una iglesia pequeña de Boise, para permanecer y trabajar allí. Kathryn dirigía la predicación y Helen la música. Viajaron a través del Estado de Idaho y otras partes del país por los siguientes cinco años.
En 1933, Kathryn y Helen se trasladaron a la ciudad de Pueblo, Colorado, en donde celebraron reuniones en un almacén de Montgomery Ward por seis meses. Impulsada por este hombre de negocios, fue a Denver y comenzó a celebrar reuniones en otro almacén de él. Poco tiempo después se trasladó a la bodega de la Compañía “Monitor Paper”, y en 1935 se trasladaron a un garaje abandonado al cual llamaron “El Tabernáculo de Avivamiento de Denver”. Allí empezaron a crecer los diferentes programas del ministerio: la escuela dominical, la sociedad de damas y un programa de radio de quince minutos llamado “Sonriendo a pesar de…”, en la estación KVOD
Kathryn Kuhlman compartió su ministerio de predicación en Denver con muchos evangelistas visitantes, y fue a través de esas visitas que conoció al Evangelista Phil Kerr, quien entre otros temas predicaba sobre sanidad divina y cuya influencia llegó a ser, más adelante, muy significativa.

3. EL TIEMPO DIFICIL
En 1937, conoció al evangelista Burroughs A. Waltrip con quien contraería matrimonio algún tiempo después, con efectos devastadores para el ministerio porque Waltrip había dejado a su esposa e hijos en Texas, y recientemente su esposa había obtenido el divorcio. A pesar de los ruegos de los amigos Kuhlman y Waltrip se casaron en 1938, dando inicio a un período en el que ambos perdieron sus ministerios. Después de seis años de casados, Kathryn finalmente dejó a Waltrip en 1944, y en 1948 Waltrip se divorció de ella.
El primer lugar al que fue Kathryn Kuhlman después de su separación fue la ciudad de Franklin, Pennsylvania, donde trabajó arduamente para restablecer su ministerio de predicación.
4. EL MINISTERIO DE SANIDAD
El momento crucial vino en 1946 cuando fue invitada por Matthew J. Maloney, del Tabernáculo del Evangelio en la ciudad de Franklin, Pennsylvania para que volviera a conducir una serie de reuniones de predicación, y comenzó también a predicar en emisiones de radio de la estación WKRZ en la cercana ciudad de Oil City. A los pocos meses, su programa había sido incluido en el horario de WPGH, una estación radial de Pittsburgh. En 1948, Kuhlman comenzó a celebrar reuniones en ciudades vecinas, incluyendo Pittsburgh.
En la fase anterior de su ministerio, Kathryn era una evangelista cuya predicación se limitaba al mensaje
de salvación; pero ahora predicaba sobre sanidad, y llamaba a la gente al frente no solo para recibir a Cristo sino también para ser sanada. En 1947, Katrhyn Kuhlman predicó su primera serie sobre el Espíritu Santo. Durante la primera reunión una mujer fue sanada de un tumor mientras que escuchaba la predicación y más adelante también se sanó un hombre. Estos acontecimientos marcaron el principio de su ministerio de sanidad.
En 1943 se trasladó a Pittsburgh, inicialmente para una serie de seis semanas de predicación. Allí conoció a Maggie Hartner, quien más tarde llegaría a ser su secretaria y amiga cercana. Fue a través de la influencia de Maggie que, en 1948, Kathryn Kuhlman decidió celebrar una serie de reuniones en el teatro Carnegie Hall de Pittsburgh. Los servicios fueron muy exitosos y finalmente en 1950 el ministerio se movió a Pittsburgh, donde y allí continuó hasta 1971. A pesar de la buena prensa que recibió y del cariño que le prodigaron muchas personas de la ciudad, algunos pastores locales estaban celosos pensando que ella les quitaría miembros de sus congregaciones. Ella sobrevivió todos los ataques, incluyendo los debates con un Ministro que no creía en la validez de las sanidades y que consideraban impropio que una mujer fuera predicadora. (Kathryn Kuhlman fue ordenada en 1968 por la Alianza de Iglesias Evangélicas).
En 1965, impulsada por los Pastores Ralph y Elaine Wilkersson, Kathryn Kulhman amplió su ministerio a California, iniciando con una reunión en Pasadena. Poco después comenzó a celebrar reuniones en el Shrine Auditorium de la ciudad de Los Ángeles, en donde ministró hasta 1975.
En 1973, llevó a cabo su primer servicio en Ottawa, Canadá, por insistencia de Maudie Phillips, quién había viajado a Pittsburgh para los servicios de Katheryn desde principios de 1969. Desde 1973 Maudie coordinó los servicios de Kathryn Kuhlman en un gran número de ciudades alrededor de los Estados Unidos.
Los servicios de Kathryn Kuhlman se caracterizaban por:
• Cánticos de alabanza e himnos inspirados
• Un mensaje sobre la necesidad “de nacer de nuevo”
• El poder del Espíritu Santo fluyendo en unción de sanidad a través de todo el auditorio
• Personas que venían al frente a dar el testimonio de su sanidad durante el servicio
• Kathryn Kuhlman imponiendo mano sobre enfermos, que caían al piso bajo el poder de Dios
• Ella nunca se atribuía las sanidades sino que daba testimonio que solo Dios sana.
Ella fue una gran impulsora del movimiento carismático, era predicadora invitada a los eventos de los Hombres de Negocios del Evangelio Completo, conducía Convenciones Carismáticas en Melodyland, el mayor centro carismático de California, dirigido por el Pastor Ralph Wilkersson, y en todas partes animaba a las personas a que buscaran el bautismo del Espíritu Santo y hablaran en lenguas.
Adquirió celebridad debido a las asombrosas sanidades que ocurrían en sus servicios; a los programas de televisión que empezó a difundir desde 1965 en el CBS; a los artículos publicados en las revistas CHRISTIANITY TODAY y TIME; y a las entrevistas televisivas con Johnny Carson y Mike Douglas, entre otros.
Kathryn Kuhlman fue honrada en la 25a. celebración del aniversario de su trabajo en Pittsburgh; la universidad Oral Roberts le concedió un doctorado Honoris Causa en 1972; le dieron las llaves de las ciudades de Pittsburgh y St. Louis; fue nombrada miembro honorario en el capítulo de Nueva York de los Hombres de Negocios del Evangelio Completo; y causó un profundo impacto espiritual y de sanidad en la vida de miles de personas.
Los problemas de salud de Kathryn Kuhlman, relacionados con su corazón agrandado, fueron diagnosticados por primera vez en 1955, pero llegaron a ser más severos en los últimos años de su vida. Contribuyó a agravar esta dolencia, la tensión de un horario muy pesado, particularmente en los años 70, cuando su itinerario se amplió y dirigía servicios en Pittsburgh, Los Ángeles, y visitaba muchas otras ciudades también. Ella también continuó con su ministerio de la televisión, con las visitas a instituciones apoyadas por la Fundación Kuhlman, y además tuvo que afrontar un grave conflicto con dos ex – colaboradores en 1975
La salud de Kathryn Kuhlman declinó dramáticamente, la hospitalizaron primero en Tulsa durante el verano de 1975 y después en Los Ángeles al final de ese mismo año; murió el 20 de febrero de 1976 en Tulsa, después de una cirugía de corazón abierto. Aunque ella murió, su legado siguió viviendo a través de la Fundación Kuhlman mediante el apoyo a diferentes misioneros y obras cristianas, incluso hasta 1982 la Fundación continuó difundiendo sus programas de radio en los Estados Unidos; y hasta el día de hoy el ministerio de Kathryn Kuhlman sigue inspirando a muchos siervos de Dios en el mundo entero.
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Smith Wigglesworth: "Apóstol de fe"
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Resucitar a los muertos fue sólo una de las increíbles facetas del ministerio de Smith Wigglesworth. Para él la simple obediencia a lo que uno creía no era una característica extraordinaria; era simplemente el fruto de la fe. Se dice que su propia fe era inquebrantable y algunas veces implacable. Pero también se dice que poseía una unción especial para la enseñanza y un claro sentido de la compasión, que tenían por fruto incontables salvaciones y milagros en su ministerio, todos los días. Por Roberts Liardon

Smith nació el 8 de junio de 1859 en un pequeño pueblo de Inglaterra. Aunque sus padres no eran cristianos, no hubo nunca un tiempo en que el joven Smith no buscara a Dios. No le enseñaron a orar en su hogar, pero siempre estaba en esa búsqueda por su cuenta. Su abuela era una antigua wesleyana que creía en el poder de Dios y siempre hacía que Smith la acompañara a las reuniones. Cuando Smith cumplió ocho años, quiso cantar él también en la iglesia. Al comenzar a cantar, "un claro conocimiento del nuevo nacimiento" vino a él, y comprendió lo que Jesucristo había hecho por él por medio de su muerte y resurrección. El joven Wigglesworth se convirtió inmediatamente en un pescador de almas. La primera persona que ganó para Cristo fue su propia madre.
¡Hay algo diferente en ti!
Desde los trece años Smith participó activamente en la Iglesia Metodista Wesleyana. Su vida espiritual cobró nuevo significado, y comenzó a anhelar el Espíritu de Dios. Tiempo después, los metodistas planeaban una reunión especial de predicación, y siete jovencitos fueron invitados a participar, incluso Smith. Con tres semanas para prepararse, el joven "vivía en oración". Cuando llegó el día, tomó la plataforma para predicar durante quince minutos, y al terminar, no recordaba ni una palabra de lo que había dicho. Lo único que recordaba era el increíble ardor que lo cubría, y los gritos de aliento de la gente. En 1875, se unió al Ejército de Salvación para compartir su amor por los perdidos. Creía que el Señor lo ayudaría en todo, y comenzó su ministerio. En 1877 fue a casa de un plomero para pedirle trabajo. El hombre le dijo que no necesitaba ayudantes, así que Smith le agradeció, se disculpó por haber usado su tiempo, y se volvió para irse. Pero repentinamente el hombre lo llamó y le dijo: "Hay algo en ti que es diferente. Creo que no puedo dejar que te vayas". Y lo contrató. Smith hacía un trabajo tan excelente que decidió mudarse a Liverpool, con su experiencia en plomería. Con el poder de Dios que descansaba firmemente sobre él, comenzó a ministrar a los niños de la ciudad y a predicarles el evangelio, movido por su deseo de ayudarlos.
El matrimonio
Uno de los grandes atributos de la vida de Smith Wigglesworth fue su esposa, Mary Jane "Polly" Featherstone. Polly era tan fuerte, o más, algunas veces, que su esposo. Nunca se negaba a acompañarlo, y Smith estaba de acuerdo. Dios comenzó a usarla para salvar a los perdidos a tal punto que los ministros metodistas la llamaban a evangelizar en sus iglesias, y cientos de personas se convirtieron con su ministerio. El poder de Dios descansaba poderosamente sobre ella. Empujado hacia el púlpito A fines del siglo XIX, Smith viajó a Leeds para comprar materiales para su trabajo de plomería. Mientras estaba allí, asistió a un culto en una iglesia donde se ministraba sanidad divina. Observó las maravillosas sanidades que se producían, y su corazón se conmovió. Entonces comenzó a buscar a los enfermos en su ciudad, Bradford, y pagaba sus viajes para ir a las reuniones de sanidad de Leeds. Como comprendían que Smith necesitaba "un empujoncito" para comenzar su ministerio público, los líderes del Hogar de Sanidad de Leeds tomaron una decisión, y le pidieron que los reemplazara en el púlpito mientras ellos iban a la convención de Keswick. Smith dudó al principio, pero los ministros le aseguraron que él podía hacerlo. Cuando llegó el día de ministrar, Smith estaba a cargo de la reunión, pero no había quién predicara. Todos estuvieron de acuerdo en que él debería hacerlo. Vaciló, pero comenzó a ministrar, y al terminar su mensaje, quince personas se acercaron para que orara por su sanidad. Un hombre que andaba con un par de muletas, se acercó, y cuando Smith oró por él, comenzó a saltar por todos lados, sin sus muletas, totalmente sano. ¡Nadie estaba más sorprendido que Smith!
Bañado en el poder y la gloria
En 1907 llegó otro punto crucial en la vida de Smith Wigglesworth. Había oído que un grupo de personas en Sunderland habían sido "bautizadas en el Espíritu Santo" y "hablaban en otras lenguas". Entonces decidió ver este fenómeno por sí mismo. Smith, buscaba a Dios con todo su corazón para experimentar este "bautismo en el Espíritu Santo", y fue a un centro de reuniones cercano del Ejército de Salvación para orar. Tres veces el poder de Dios lo abatió al suelo. Smith estaba decidido a conocer a Dios en esa área. Durante cuatro días estuvo delante del Señor mientras esperaba hablar en otras lenguas, sin resultado. Finalmente, desalentado en su espíritu, sintió que era hora de regresar a Bradford. Pero antes de partir, se dirigió a la casa pastoral para despedirse de la esposa del vicario, la Sra. Boddy. Le dijo que tenía que regresar a su casa y que aún no había logrado hablar en lenguas. Ella le respondió: "No es el hablar en lenguas lo que usted necesita, sino el bautismo". Smith le pidió que le impusiera las manos antes de partir. Ella oró una oración sencilla pero llena de poder, y luego salió del cuarto. Fue entonces que cayó el fuego. Bañado en el poder y la gloria del Señor, Smith vio una visión de la cruz vacía con Jesús exaltado a la diestra del Padre. Lleno de adoración y alabanza, abrió su boca y comenzó a hablar en otras lenguas, comprendió finalmente que aunque antes había recibido la unción, ahora era bautizado en el Espíritu Santo como en el día de Pentecostés.
"Déjala ir"
Uno de los dolores más grandes en la vida de Smith estaba a punto de ocurrir. Mientras esperaba en la estación del tren para partir hacia Escocia, recibió una noticia devastadora. Polly se había desplomado a causa de un ataque cardíaco mientras regresaba de la obra misionera de la calle Bowland. Smith corrió a su lado y descubrió que su espíritu ya había partido para estar con el Señor. No dispuesto a aceptarlo, inmediatamente reprendió a la muerte y su espíritu regresó, pero sólo por un breve tiempo. Entonces el Señor le dijo: "Yo deseo llevarla a casa conmigo ahora". Así que, con el corazón destrozado, Smith dejó en libertad a su compañera, aquella a la que había amado tantos años, para que fuera con el Señor. Polly Wigglesworth sirvió al Señor hasta el último minuto de su vida, el 1º de enero de 1913. Algunos dicen que después de su muerte, Smith pidió una doble porción del Espíritu. A partir de ese momento, su ministerio tuvo aún más poder.
Este es el secreto...
Smith comenzó inmediatamente a ministrar por todo el país, viajaba con su hija y su yerno. Tenía una increíble revelación en el tema de la fe, y su enseñanza al respecto atraía a las masas. Wigglesworth no se quedaba "con la esperanza" de que la oración diera resultado. Su revelación sobre la fe era concreta, y ablandaba aún los más duros corazones para llevarlos al amor de Jesucristo. Para 1921, el ministerio de Wigglesworth florecía. Su hogar estaba inundado de invitaciones para ministrar en otros países, y se embarcó en el más largo viaje de toda su vida. Aunque era muy popular en la Europa continental y en los Estados Unidos, nadie pareció notar su llegada a Colombo, Ceylán (Sri Lanka). Pero pocos días después, las multitudes llenaban el edificio para tratar de conseguir un lugar. Muchos quedaron afuera. Cuando la reunión terminaba, Smith pasaba por entre medio de miles de personas, las tocaba y creía en el poder de Dios para con ellas. Según los relatos, decenas de personas fueron sanadas con el solo paso de "su sombra" por encima de ellas. En 1922 viajó a Nueva Zelandia y Australia. Algunos creen que las reuniones de Smith fueron el punto de partida de las iglesias pentecostales en estos dos países. Aunque sólo pasó unos meses allí, miles de personas fueron salvas, sanadas y llenas del Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas. Australia y Nueva Zelandia experimentaron así el mayor avivamiento espiritual que jamás hubieran conocido.
Las aflicciones tuvieron que ceder
Aunque los ojos de Wigglesworth habían visto muchos milagros y sanidades instantáneas, él mismo no recibió esos milagros. En 1930, cuando ya tenía setenta años, sufría de tremendos dolores. Oró, pero no recibió alivio, así que fue a ver a un médico, que después de sacarle algunas radiografías le dio un diagnóstico de un caso severo de cálculos en el riñón en un estado avanzado. Su única esperanza era una operación, dado que, según el médico, si continuaba en este doloroso estado, moriría. Smith le respondió: "Doctor, el Dios que creó este cuerpo es quien puede sanarlo. Ningún cuchillo me cortará mientras yo tenga vida". Smith pensó que este sufrimiento acabaría pronto, pero duró seis largos y dolorosos años. Durante este tiempo, nunca dejó de asistir a las reuniones programadas, con frecuencia ministraba dos veces por día. En algunas reuniones, oraba por hasta ochocientas personas mientras se retorcía de dolor él mismo. Algunas veces abandonaba el púlpito cuando el dolor se volvía insoportable, para luchar en el baño mientras despedía otra piedra. Luego regresaba a la plataforma y continuaba con la reunión. Con frecuencia se levantaba de su propia cama para ir a orar por la sanidad de otros. Muy pocos sabían que él mismo estaba atravesando la más grande prueba de su vida. Algunas veces perdía tanta sangre que su rostro estaba pálido y tenía que envolverse en mantas para recobrar calor. Después de los seis años, tenía más de cien piedras en una botella de vidrio.
Y no fue más... Porque Dios lo llevó
Dos años después de iniciada su batalla contra los cálculos en los riñones, Smith no se daba por vencido. En cambio, en 1932, pidió a Dios quince años más para servirle. Dios le otorgó lo que había pedido, y durante esos años, visitó gran parte de Europa, Sudáfrica y Estados Unidos. Su más grande gozo era ver la Palabra confirmada con señales y prodigios, a través de la fe de la gente. Su principal meta era que las personas vieran a Cristo, no a Smith Wigglesworth. El 12 de marzo de 1947, inclinó la cabeza, y sin pronunciar palabra ni experimentar dolor alguno, fue a estar con el Señor.
Fe, compasión y milagros
¿Acaso el poder de Dios en que anduvo Smith Wigglesworth ha dejado la Tierra? ¿Se fue con él cuando murió? ¡Por supuesto que no! El mismo poder con el que operaba Wigglesworth está a nuestra disposición hoy; no necesitamos más poder. Sólo necesitamos utilizar nuestra fe y compasión para que ese poder opere. Wigglesworth operó con la fe más osada que yo jamás haya visto desde el Libro de los Hechos, pero esa fe era encendida por la compasión. Smith le tomó la Palabra a Dios y se dejó mover por su compasión hacia las personas, y esa combinación produce milagros.
El desafío ahora ha pasado a nuestra generación. Dios ha convocado a hombres y mujeres para que invadan ciudades y naciones con el poder del cielo. ¿Responderás al llamado de Dios? ¿Te atreverás a "sólo creer"? Despierta el don que hay en ti, e invade tu hogar, tu comunidad y tu nación con el poder de Dios. Que la voluntad del cielo se haga en la Tierra... ¡a través de ti¡
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Aimee Semple McPherson
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En un tiempo en que las mujeres eran sólo reconocidas como
"elementos accesorios" en el ministerio, Aimee Semple
McPherson construyó el templo Angelus para darles
participación. El templo fue construido y dedicado durante
la época de la Gran Depresión, con capacidad para cinco mil personas sentadas, pero se llenaba cuatro veces cada domingo. Aimee construyó la primera estación de radio cristiana en el mundo. |
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Nació el 9 de octubre de 1890, cerca de Salford, en Ontario,
Canadá. Aimee Elizabeth Kennedy fue la única hija de James y Mildred.
Creció como hija única en una enorme granja, con los animales
como compañeros de juegos. Crecio escuchando las historias de
Daniel en el pozo de los leones, de José y el Faraón, de Moisés
sacando al pueblo de Dios fuera de Egipto.
Para cuando tenia cuatro años, Aimee podía pararse en una
esquina, sobre un tambor y atraer a una multitud de gente recitando
historias bíblicas.
Aimee era una niñita que tenía agallas y estaba llena de ideas muy definidas.
Nada la intimidaba, excepto el hecho de que, sin importar donde estuviera,
Dios podía ver todo lo que hiciera.
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Cuando Aimee era niña, le agradaba observar a su madre, que era la
directora de la escuela dominical en las reuniones del Ejército de Salvación.
Tan pronto como regresaba de la iglesia, Aimee juntaba unas sillas y las
colocaba en círculo en su cuarto, e imitaba a su madre: predicaba a un
grupo imaginario.
¿Darwin o Cristo?
A raíz de sus lecturas de investigación acerca
de la teoría darwiniana en el colegio, Aimee llegó a la
conclusión de que la teoría debía de ser cierta. Después de todo,
la iglesia ya no practicaba lo que la Biblia decía. Parecía que
fuera solamente un lugar de reunión social para juegos y
entretenimientos, y no había milagros como los que ella veía en la Biblia.
Así que comenzó a debatir con los ministros que visitaban su iglesia y
a cuestionar por qué predicaban, si en ese tiempo no había milagros.
Frente a todas estas dudas, Aimee oró así: "¡Oh, Dios... (si es que hay un Dios),
revélate a mí!"
El día después de haber orado a Dios para que se le revelara, Aimee volvía
a casa de la escuela, con su padre, y al pasar por la calle principal de Ingersoll,
vio un cartel en una ventana que decía: "Campaña del Espíritu Santo con
Robert Semple, evangelista irlandés".
Aimee había oído que estos pentecostales caían al suelo y hablaban en
idiomas desconocidos. También había escuchado relatos alocados de sus
gritos y danzas. Era muy curiosa, por lo que la noche siguiente, antes de
llevarla a ensayar para el programa de Navidad, fue a la campaña y se
sentó en el último banco.
Hasta los pájaros sonrieron
En la reunión, Aimee era toda ojos.
La divertía ver a algunas personas del pueblo gritando
"¡Aleluya!" con las manos levantadas. "¡Qué show!", pensó.
Cuando entró en el pequeño templo, fue como si el mundo entero se
detuviera para ella. El Rev. Robert Semple subió al púlpito y abrió su
Biblia en el segundo capítulo de Hechos. Luego repitió una sencilla
orden: "Arrepentíos... arrepentíos".
Aimee comenzó a revolverse, incómoda, en su asiento. Cada vez que
Semple hablaba, diría: "Yo nunca había escuchado un sermón así. Utilizó la Biblia
como espada, y cortó el mundo entero en dos".
Tres días después detuvo su automóvil en medio de una calle solitaria, levantó sus
manos hacia el cielo y clamó a Dios oir misericordia. Finalmente, había nacido de nuevo.
El matrimonio
En agosto de 1908, Aimee se casó con Robert Semple
en la granja de su familia.

A principio de 1910, los Semple, que
ahora esperaban un hijo, llegaron a Hong Kong. Pero Aimee no
estaba preparada para lo que vio. La dieta china
de orugas, insectos y ratas la asqueaba, y su departamento era tan ruidoso
que casi no podían descansar.
Un día, los hindúes quemaron a un hombre vivo justo fuera de la ventana
de su cocina. Esto, junto con todo lo demás, hacía que Aimee viviera al
borde de la histeria la mayor parte del tiempo. Había llegado a odiar la
obra. Y pronto, debido a las malas condiciones en que vivían, ella y
Robert contrajeron malaria. El estado de Robert era peor que el suyo, y el
17 de agosto, sólo dos meses después de llegar, Robert Semple había muerto.
Un mes después de la muerte de su esposo, Aimee dio a luz una pequeña niña
que pesó sólo dos kilogramos. La llamó Roberta Star.
Hogar, dulce hogar
Ya de regreso en su hogar, Aimee lloró la
pérdida de su esposo Robert durante más de un año, pero también
continuó buscando la voluntad de Dios para su vida. Fue a Nueva
York y luego a Chicago; deseaba ministrar en las iglesias que
Robert había dejado. Cuando la salud de su hija se
deterioró, regresó al hogar de su niñez. Pero su dolor no le permitía
estar quieta por mucho tiempo, y finalmente volvió a Nueva York.
Mientras estaba allí, conoció a Harold McPherson, quien pronto se convertiría en su segundo esposo.
El 28 de febrero de 1912, Aimee y Harold se casaron.
Para julio de 1912, estaba esperando otro hijo. Según Aimee, el
único problema real que ella y Harold debieron enfrentar en su
relación matrimonial fue debido a que sus metas eran totalmente diferentes.
Harold tenía un buen empleo y quería que Aimee fuera como las
las demás mujeres: que limpiara la casa y cocinara. Pero Aimee
sentía que ya no podía permanecer tan confinada y al mismo tiempo
primera reunión de campaña pentecostal, le envió un telegrama a
Harold: "He tratado de seguir tu camino y he fallado. ¿No
querrías venir tú ahora, y seguir mi camino? Estoy segura de que seremos felices".
Una carpa y el poder espiritual
Pronto Aimee comenzó a predicar por su cuenta.
Utilizaba cualquier método para atraer a la gente,
y las personas venían de todas partes en el campo para escucharla.
En 1915, una de sus reuniones contó con una asistencia
de más de quinientas personas. Se había convertido en una novedad.
Además de su carácter dramático, era una mujer, y en esos días era difícil
encontrar a una predicadora, así que todos estaban curiosos por ir a
verla y escucharla.
Con las ofrendas reunidas, pudo comprar la tan necesitada carpa.
Había una empatía natural en Aimee que acentuaba las peculiaridades
de su ministerio y atraía a grandes cantidades de personas de todas clases.
Los que se acercaban experimentaban el poder de Dios en sorprendentes
manifestaciones. Muchos venían para sentir de esa forma la presencia de
Dios, y miles de personas recibían el bautismo del Espíritu Santo.
Quemaduras, heridas y carnaval
Como ya hemos mencionado, Aimee
era conocida por su forma afectuosa de predicar. Con frecuencia
trataba a la gente que la escuchaba como una madre trataría a su
hijo. Nunca condenaba ni amenazaba; siempre alentaba a quienes la
escuchaban a enamorarse de la gracia y la misericordia de Dios.
Pero, como una madre firme, no era débil. Cierta vez, una lámpara le
explotó en el rostro, y quedó envuelta en llamas. Rápidamente metió
la cabeza en un cubo con agua, pero no antes que se le produjeran
varias heridas en el cuello y el rostro. Para empeorar las cosas,
todo esto había sucedido delante de un grupo de molestos que
habían ido a observar y burlarse. La carpa estaba llena la noche
en que esto ocurrió, por lo que Aimee se retiró a la parte posterior,
terriblemente dolorida. Uno de los que se burlaban subió a la
plataforma y dijo: "La señora que predica sanidad divina se ha ha lastimado.
Se quemó la cara, así que esta noche no habrá reunión".
Pero tan pronto como acabó de decir esa palabra, Aimee entró corriendo
nuevamente a la carpa y de un salto subió a la plataforma. Estaba en agonía,
pero pudo reunir suficientes fuerzas como para sentarse al piano y gritar:
"¡Alabo al Señor que me sana y quita todo mi dolor!" Cuando ya
estaban cantando la segunda o tercera estrofa, la gente allí reunida fue
testigo de un milagro: ¡el rostro de Aimee pasó de ser rojo como una
langosta, a recobrar el color de la piel normal!
Construccion del Angelus Temple
Para este entonces, Aimee podía ver que necesitaba un lugar
permanente donde predicar. Así que entre los años de 1919 y
1923 recorrio nueve veces los Estados Unidos, predicando y
reuniendo fondos para construir el Angelus Temple.
Dondequiera que iba, la gente la amaba.
A fines de 1922, el Templo, con capacidad para cinco mil personas
sentadas, estaba finalmente terminado. El New York Times cubrió
ampliamente la dedicación del templo, y a partir de entonces, los
cinco mil asientos del mismo se llenaban cuatro veces cada domingo

En febrero de 1923, Aimee abrió su escuela de ministerio que
finalmente se conocería como el Instituto Bíblico Faro del
Evangelismo Cuadrangular Internacional.
En febrero de 1924, abrió la radio KFSG, con la primera licencia
radiofónica otorgada a una mujer. También fue esta la primera
estación de radio cristiana que existió.
La reina de la guerra silenciosa
Los años entre 1938 y 1944
fueron muy tranquilos para Aimee. Muy
poco se decía de ella en la prensa.
Gran parte de los esfuerzos de Aimee durante estos años se
dedicaron a pastorear, capacitar futuros ministros, establecer
cientos de iglesias, y enviar misioneros por todo el mundo.
Una grande descansa
Para 1944, la salud de Aimee estaba muy debilitada, y sufría de
enfermedades tropicales que había contraído durante sus viajes
misioneros. En febrero de ese año, nombró a Rolf nuevo
vicepresidente del ministerio. Este había probado ser fiel y sirvió
bien a su madre durante muchos años. En realidad, fue la única
persona que permaneció a su lado tanto en los buenos como en los
malos tiempos.
La historia completa de Aimee Semple McPherson jamás podría ser
contada en un solo capítulo. Como en el caso de otros grandes
Generales de Dios, sólo el cielo revelará todo lo que ella hizo.
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Cindy Jacobs dice que Aimee Semple McPherson fue una precursora y una innovadora que no solo tubo un ministerio itinerante, sino que además fundo una iglesia local y una denominación, ella fue una apóstol. Ella fundo las primeras radios cristianas del mundo KSG que emitió programación cristiana desde su fundación en 1923 hasta que salió del aire en el 2003.
El templo Angelus tenia capacidad para 5000 personas, y alli captó la atención de todo el mundo, desde la gente común hasta estrellas de Hollywood, como Mary Pickford, Anthony Quinn y Charlie Chaplin. También tenía una iglesia para niños con mil de ellos donde eran los niños quienes predicaban y dirigían la alabanza.
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